Carros de antaño: “Ford Lincoln”. De auto abandonado a primera máquina de la “Bomba Lo Espejo”

06Jul 2022

El vehículo data de 1928 y llegó al cuartel de la “Bomba Lo Espejo” en 1944. Gracias a la ayuda de la Fuerza Aérea, pudo ser ambientado como carro bomba. Su historia está llena de esfuerzo, ingenio y ganas de servir a la comunidad.

Fue una de las principales atracciones en el “Día de los Patrimonios”, en la exposición de carros reliquia en el Parque Bustamante (en el frontis de la Junta Nacional de Bomberos de Chile), como también en la Feria Internacional de Bomberos (FIBOM 2022), realizada en el Centro Cultural Estación Mapocho, y en una jornada de aprendizaje en la Academia Nacional de Bomberos (ANB), donde llamó la atención por su diseño y particular tamaño.

Hablamos de la máquina de antaño de la 2ª Compañía “Bomba Lo Espejo”, “vehículo que data del año 1928, pero que llegó al cuartel en 1944 y que podía transportar a seis bomberos como capacidad máxima”, relato que inicia el bombero y relacionador público de la 2ª Compañía, Esteban Venegas.

El espacio de atrás estaba destinado para una motobomba que un bombero de la época la gestionaba en la empresa donde trabajaba para los días sábado y domingo. Para ocuparla en los incendios, la conectaban en los canales de regadío del sector y ahí podían trabajar con mangueras de las Compañías de Santiago que facilitaban los fines de semana”, agregó.

El Miembro Honorario del Cuerpo de Bomberos Metropolitano Sur, Patricio Roitman, recuerda que “el carro Ford A, cuando lo adquirió la Compañía, era un Ford Lincoln. Y lo que pasó es que un grupo de bomberos fundadores hicieron una cuota para comprarlo en un taller mecánico de Santiago y transformarlo en carro bomba. En ese tiempo, eran 10 o 20 pesos cada uno”.

Don René Arredondo, bombero que trabajaba en la Philips chilena, traía una motobomba, en tren hasta Lo Espejo, que la montaban en el carro con mangueras que se conseguían de la 1ª Compañía y de la 9ª Compañía de Santiago”, añade.

Ferrocarriles, además, tenía un camión Krull con un volante, palanca de cambios, llantas de fierro y un asiento y que atrás era plano porque era usado para trasladar los durmientes para reparar las líneas férreas, que era prestado los fines de semana para trabajar en los incendios con las motobombas que se conseguían”, complementa.

Conocedores y testigos de la historia rememoran que una vez comprado el Ford Lincoln, la Compañía recibió el apoyo de la maestranza de la Fuerza Aérea de Chile para cortar la parte trasera del auto y carrozarlo hacia atrás en forma plana, para poder instalar ahí la motobomba. Luego hicieron una estructura, que era un portaescala, y en el medio, atrás, para el traslado de los bomberos, le pusieron un asiento de madera que provenía de la clase económica de Ferrocarriles del Estado.

Años después, en 1952, ese auto lamentablemente tuvo que venderse, porque había llegado el primer carro carrozado con cuerpo de bomba, que fue el ‘International’. Pero, gracias el esfuerzo de un grupo de miembros honorarios y voluntarios de la época, en 2008 se compró un vehículo Ford A en un millón y medio de pesos para hacer una copia de lo que fue el primer carro, “y así restaurarlo como reliquia, tal como el modelo original”, recuerda don Patricio Roitman.

La reparación fue autorizada por el Honorable Directorio del Cuerpo de Bomberos de La Cisterna (en ese entonces) y quedó denominado como la reliquia de la 2ª Compañía”, enfatizó.

Y lo más importante, es que mantiene la campana original, que muchos piden tocarla para que suene nuevamente, sobre todo los niños. De esta forma se mantiene viva la tradición”, concluye Esteban Venegas.

Sin duda alguna, vale la pena el homenaje.